El caso de Danny Trejo es singular, ni siquiera forma parte del sueño americano, simplemente fué casualidad el hecho de pasar de ser un ex-convicto a convertirse en un secundario de lujo en cada trabajo que realiza.
Se ha convertido en actor fetiche de directores como Quentin Tarantino, Rob Zombie y sobre todo Robert Rodríguez, director con el que ha colaborado en numerosas ocasiones y el que le ha proporcionado su primer papel principal, el del agente mexicano en lucha contra el narcotráfico llamado MACHETE.
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